La primera gran pregunta si compras un marcador es CO2 o aire comprimido, y la respuesta no es sencilla, ya que cada uno tiene sus pros y sus contras. En general, el CO2 es mejor para los que empiezan en esto o lo van a usar muy ocasionalmente, ya que el material necesario es más económico, pero si quieres practicarlo habitualmente acabarás en el aire comprimido, el marcador es más caro, pero si compras el equipo adecuado a la larga tu afición te saldrá más económica.
Primero unas advertencias: los gases a alta presión pueden ser peligrosos si no se manipulan adecuadamente. Se usan gases a 300 bares (una rueda de coche funciona sobre los 2 bares), por eso debes tomar unas mínimas precauciones, lee bien las instrucciones de todo el material que compres y pregunta en tu tienda o campo de paintball. Nunca lubriques las botellas, sus tuercas o el nipple de recarga, el aceite y el gas a alta presión pueden formar un soplete. No golpees ni maltrates las botellas nunca. No dejes las botellas al sol, ni en ambientes cálidos, como el maletero del coche en verano.
Normalmente los marcadores pueden usar uno u otro gas indiferentemente (salvo los económicos que solo funcionan con CO2), lo que cambia es el depósito que le acoples, diferente para cada tipo de gas. El aire comprimido trata mejor el marcador y a las propias bolas, aportando más precisión y haciendo más difícil que exploten dentro.
Lo primero que debes saber es que las marcadoras usan un gas a muy alta presión, para poder lanzar las bolas a gran distancia y con precisión, en eso el CO2 es mejor opción, ya que al comprimirse ocupa menos espacio que el aire, por lo que a igual tamaño el CO2 consigue lanzar más bolas sin recargar, en general puedes disparar casi el doble de bolas que con el aire. Aunque normalmente las botellas de aire suelen tener un tamaño un poco mayor por lo que finalmente el sistema de aire suele dar una mayor autonomía.
Al disparar el gas a alta presión se expande rápidamente, tendiendo a enfriarse, lo que es más acusado en el CO2 que tiende a congelarse (así es como se hace el hielo carbónico), por lo que el CO2 es peor para disparos muy seguidos, pudiendo llegar a obturarse el marcador, y en general el material durará menos a largo plazo, ya que los tubos por donde sale el gas se congelarán, debilitando a la larga el material. En general hay un buen número de averías relacionadas con el sistema de CO2 (dependiendo de cada modelo salen unas teclas u otras), las válvulas de retención suelen ser siempre la parte más perjudicada, ya que se queman con el gas y hay que sustituirlas muy a menudo (lo peor de estos casos no suele ser el coste de la pieza, normalmente baratos, sino el tiempo en montar y desmontar y las interrupciones en el juego).
Para conseguir cargar las marcadoras necesitamos una fuente de gas, en los campos de paintball deben disponer de los gases, pero si prefieres llevar los tuyos, ten en cuenta que es más sencillo encontrar botellas de CO2 en el mercado (se usan en los grifos de cerveza por ejemplo), y son bastante económicas, necesitas una estación de recarga para CO2. Por contra el aire comprimido requiere un compresor especial de alta potencia (bastante caro, no sirven los industriales ni los de gasolinera, no dan más de la décima parte de presión necesaria), comprar botellas en un distribuidor de gases (como los de gases medicinales), o recargar los depósitos en una tienda de submarinismo o una gran superficie especializada en deportes.
En resumen, dando similares resultados en cuanto a distancia y precisión del disparo, el CO2 es más apropiado para el uso ocasional, los depósitos duran más y el material es más económico. El aire consigue un poco más de distancia y precisión, trata mejor el material, y a la larga es más económico de mantener aunque requiere una mayor inversión inicial.